viernes, 19 de enero de 2018

Las Redenciones. Poemario de Carmelo Guillén Acosta.

Las Redenciones. Carmelo Guillén Acosta. Ed. Renacimiento. Valencina de la Concepción (Sevilla), 2017.
Libro de cuarenta y ocho poemas de particular intensidad y vibración, y de gran poder emotivo...
Ha dicho algún crítico que es un libro “para estar leyendo”, porque vuelves una y otra vez sobre él, y encuentras nueva profundidad en cada lectura, nuevas ideas, nuevas luces. En esta nueva obra el poeta sevillano Carmelo Guillén Acosta ha transparentado su alma como él acostumbra, tomando ocasión de las menudas circunstancias de la vida. La mirada del poeta, podríamos decir mejor, la gracia que recibe el poeta, Gracia con mayúscula, le hace ver con una visión más alta y más luminosa estas circunstancias ordinarias y nos las presenta con una luz nueva, más hermosas, nos atreveríamos a decir, que “con los ojos de Dios”, como Dios mira a las personas y las cosas y ve que son buenas, o las purifica y las hace buenas…
Se nota que es un libro de mucha vida, de muchas horas de oración, y dice lo que dice:  que este mundo es nuestra heredad (ya lo decía san Juan de la Cruz) , que Dios lo dejó en nuestras manos para que lo trabajáramos; que es el lugar ordinario en el que o encontramos a Dios o no lo encontraremos nunca (san Josemaría); que en él nos redimió Dios a través de las obras de su Hijo (esas son las redenciones, a las que nosotros nos sumamos: hechos, obras, acontecimientos buenos y aparentemente menos buenos); que la madre siempre intercede por su hijo y carga ella con todo lo "malo" que haya podido hacer su hijo...
En Las redenciones hay una reflexión profunda sobre el dolor fecundo y redentor, sobre la libertad, sobre la necesidad de darse a los demás, sobre la presencia del demonio, sobre el valor de la vocación... y “todo todo todo ha ido surgiendo como dictado, sin saber yo cómo”, afirma el autor en unas declaraciones.
Desde el punto de vista formal, predomina el verso alejandrino, sobre el que el autor ha adquirido una gran maestría. Versos muy medidos, pero sin artificio ni encorsetamiento, de modo natural y casi sin notarse, cada acento está en su lugar, con una perfección formal de maestro. Hay musicalidad, aliteraciones, imágenes bellísimas…
Los títulos de los poemas son muy ilustrativos de por dónde camina el poeta y cuáles son ahora sus ocupaciones: Salmo 2, Invención del diablo, Escuchar el dolor, El mundo, Invitación al dolor, Madre dolorosa… Los frutos del dolor: Emoción, Fidelidad, Para lo que no valgo, Encuentro con la gracia, Más allá de mí mismo, El hijo pródigo, Imagen de la dicha, Gratitud. Vida de santa, Hodie et nunc, Piedad, Spes nostra, Resurrección, Tiempo nuestro, En frágil soledad, Ofrenda, La acogida, Hay gente mejor que yo, Bendición, Hay que poner el alma, Eucharistía, Donde no supe…
La edición es cuidadísima y de gran belleza plástica, como todo lo que edita Renacimiento: felicidades a los editores y enhorabuena al autor que ha escrito un poemario memorable.

martes, 16 de enero de 2018

Sobre la desigualdad. Harry G. Frankfurt. Ensayo filosófico

Sobre la desigualdad. Harry G. Frankfurt. Ed. Paidós. Barcelona 2016. 96 pags.
Breve ensayo de filosofía moral, política y económica sobre la desigualdad económica. El autor sostiene la tesis de que el objetivo de la justicia social es que todas las personas tengan los recursos suficientes para desarrollar una vida digna ( no unos mínimos, sino una riqueza suficiente para llevar una vida digna).
Critica con argumentos filosóficos, económicos y sociales el objetivo de la igualdad, que le parece que es, si le he entendido bien, un objetivo inalcanzable salvo con graves perjuicios, de constreñir la libertad severamente; y no solo inalcanzable, sino perjudicial e injusto, porque va contra la naturaleza de las cosas y de las personas, que son iguales en la esencial dignidad y en la común humanidad, y muy distintas en casi todo lo demás. El objetivo, sostiene el autor, es que todos tengan los recursos suficientes para llevar una vida digna.
El hecho dramático y gravemente injusto de las desigualdades sociales por las que algunos tienen demasiado y otros no tengan ni lo mínimo imprescindible para vivir, no ha de hacer olvidar que el objetivo, según el autor, ha de ser el principio de suficiencia, es decir, que los pobres tengan una vida digna, con los suficientes recursos para que sea digna y puedan desarrollarse como personas, atender sus necesidades personales y familiares y progresar, no sólo con los mínimos, sino con un desahogo suficiente, que genere paz y contento.
El autor reflexiona sobre un segundo principio, el principio de respeto, que es una trasposición del principio de suficiencia económica a la vida social: toda persona ha de recibir un trato respetuoso a su dignidad, por ser persona, independientemente de que su riqueza sea mucha y poca.
Concluye que lo que genera la crítica y  el descontento social no es la desigualdad en sí misma, por otro lado inevitable sin grave restricción a la libertad, sino que no se respete el principio de suficiencia y respeto a todas las personas que ha desarrollado en este breve libro, que aporta luces al debate entre libertad e igualdad en la sociedad contemporánea.