domingo, 9 de octubre de 2016

Celia en la revolución. Novela de Elena Fortún ambientada en la guerra civil española

Celia en la revolución. Elena Fortún. Ed. Renacimiento. Madrid, 2016. Magnífica novela sobre la guerra civil española. La autora, Encarnación Aragoneses, vivió la tragedia de la guerra civil en Madrid, Valencia, Barcelona y Albacete. Y la cuenta con gran realismo, tamizada por la mirada de una niña de catorce años, Celia, que vive con su padre, militar del ejército republicano herido, y sus dos hermanas pequeñas. La colección de novelas de Celia y de su hermano Cuchifritín, escritas para niños y adolescentes, fueron muy populares: aunaban una gran capacidad de la autora para relatar el mundo infantil y juvenil y un fino oído para las voces de la infancia y la adolescencia, con una notable calidad literaria. La autora, nacida en Madrid en 1886, esposa de un militar republicano, participó en las inquietudes culturales y vitales de su época. Con una sensibilidad política de izquierdas, que aparece reflejada en la novela, si bien sin afectar las ideas a la calidad literaria de la narración. Tuvo una evolución religiosa interior también, desde un cierto desapego a la fe de sus padres, y un buceo en la teosofía, a la vuelta y conversión a la Iglesia Católica en la última etapa de su vida; en esta etapa compartió inquietudes y amistad con otra gran escritora conversa de los primeros años cincuenta: Carmen Laforet. Con el sobrenombre de Elena Fortún hizo enormemente populares a sus personajes. A Celia, la principal, la acompañó literariamente hasta su boda y más allá. Pero faltaba una novela de la adolescencia y la época de la guerra civil; esta novela fue escrita por la autora y acabada, según consta en el manuscrito, en 1943. Pero no fue editada hasta los años 80, y ahora ha sido reeditada por Renacimiento. Coincido con Andrés Trapiello en su prólogo: es una magnífica novela sobre la guerra civil, comparable por su calidad literaria con "A sangre y fuego" de Chaves Nogales, "Madrid de Corte a Checa", de Agustín de Foxá... Tiene esta obra la frescura de lo vivido: quizá porque la autora lo experimentó en primera persona. Conocemos de primera mano las sacas de las checas y tribunales populares, con los asesinatos diarios de personas que no habían cometido otro "delito" que ser de derechas, conservadores, o simplemente, vivir su fe católica; Madrid hasta diciembre de 1936 fue ciudad sin ley, donde predominaron la venganza y los ajustes de cuentas, superando todos los límites conocidos. Y Celia, con catorce años, ve aquello y lo cuenta, sin hacer juicios, pero lo cuenta. Narra los bombardeos de Madrid por el ejército macional, la destrucción del barrio de Argüelles, las colas para adquirir alimentos, las cartillas de racionamiento, el hambre... Todo desfila ante sus ojos y afecta a la vida de esta chica de catorce años. El estilo narrativo es muy fluido, una novela que avanza a base de diálogos muy bien elaborados, con ese especial oído que tiene la autora para el mundo vital de los niños. Las breves descripciones son muy ajustadas y eficaces, con calificativos bien traídos y no gastados. Hay algún comentario anticlerical al ridiculizar a un personaje, que deja mal y aparece ante los ojos de Celia como una persona egoísta y poco noble, e incluso un poco tonto... pero casi parece, por lo que cuenta de la conducta de esa persona (una excepción entre tanto heroísmo de personas que vivieron su fe dando su vida), en este caso, un anticlericalismo bueno. La protagonista reza y marcha hacia el exilio Francia en búsqueda de su padre y sus dos hermanas pequeñas con estas últimas palabras: "¡No estoy sola! -me repito para darme ánimos-. ¡Estoy en las manos de Dios!". Así acaba esta magnífica obra.

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