domingo, 23 de agosto de 2015

"Noviembre 1918". Novela en cuatro volúmenes de Alfred Döblin. "Burgueses y soldados".

“Noviembre de 1918” “Burgueses y soldados”. 512 páginas. Autor: Alfred Döblin Traductor: Fortea, Carlos Editorial Edhasa El ciclo completo de la obra "Noviembre 1918" se estructura del siguiente modo: Primera parte, "Burgueses y soldados"; segunda parte, vol.I: "El pueblo traicionado", vol.II: "El regreso de las tropas del frente" y tercera parte: "Karl y Rosa". Narra la historia de Alemania desde el final de la Primera Guerra Mundial, en noviembre de 1918, hasta los primeros días de 1919. Este primer volumen, sitúa la acción en Estrasburgo, en el momento en que la firma del armisticio incluye la entrega a Francia de Alsacia-Lorena y los estrasburgueses se ven divididos entre quienes son partidarios de los alemanes, y muchos han de abandonar el territorio de Alsacia, y trasladarse a Alemania; y los que ansían la vuelta a Francia. Alfred Döblin narra la historia con precisión, citando a personajes históricos reales, como Maurice Barrés, el mariscal Foch, el líder espartaquista Karl Liebknecht, el socialdemócrata Friedrih Ebert, el mariscal Hindenburg… Y contextualiza los hechos en la sociedad de Estrasburgo de la época, y las reacciones de los militares alemanes que han de abandonar la ciudad; dedica una especial atención a los soldados heridos hospitalizados en Estrasburgo. Están muy bien narrados los rumores que acompañaron a los sucesos históricos, los saqueos, la expedición de marinos revolucionarios que viajaron desde los puertos de Hamburgo y Kiel, y las posiciones políticas de las principales potencias europeas. Es un relato coral en el que el gran protagonista es la población civil, desconcertada, hambrienta, harta de la guerra, y los militares derrotados, hartos también de una guerra incomprensible. El modo de expresión elegido por el autor es un collage de escenas que van componiendo poco a poco un cuadro admirable, de gran vigor narrativo y muy fiel a los hechos históricos, que engancha al lector y le conmueve con las tribulaciones de las personas que desfilan en el relato. Particularmente, se advierte en el relato el profundo conocimiento del autor del espíritu humano, por su profesión de psiquiatra, enriquecida por su conversión al catolicismo en 1940, que le lleva a reflejar con hondura y sutileza el encuentro con Dios en el sufrimiento humano de alguno de los personajes y el rechazo de otros en la desesperación. Brillan con luz propia las breves páginas que dedica a la Virgen María, consuelo del corazón de muchos atribulados en el Estrasburgo ocupado. Esta obra es la primera vez que se traduce al castellano y suma en sus cuatro volúmenes en la edición de Edhasa 2560 páginas. Cito al crítico literario JMGuelbenzu, que califica esta obra como “una cumbre del realismo en el siglo XX y, al mismo tiempo, un ejemplo admirable de la absoluta modernidad de su autor por la variedad de recursos estilísticos que emplea con envidiable soltura, precisión y autoridad”. Estoy de acuerdo con él. Y añado: Alfred Döblin es reconocido por su obra “Berlín Alexander Platz”, que narra la sociedad alemana de entreguerras, y es considerada como uno de las mejores novelas del siglo XX, la mejor en lengua alemana, según Günter Grass; pienso que esta obra, Noviembre 1918, por su belleza y magnificencia, por la hondura que ha adquirido el autor con su experiencia en el trato del alma humana –por su profesión de psiquiatra y por su conversión al catolicismo-, y por el vigor narrativo y los variados recursos que emplea, está a la altura de su más famosa novela y la supera. Este primer volumen y el segundo los leí hace un año; ahora estoy leyendo el tercero y escribo este post porque me parece que ha de ser considerada una de las grandes novelas del siglo XX

viernes, 21 de agosto de 2015

Una temporada para silbar, novela de Ivan Doig

Ivan Doig. Una temporada para silbar. Ed. Libros del Asteroide. 360 páginas. Traducido por: Juan Tafur “No cocina, pero tampoco muerde”. Así comienza el anuncio de prensa por palabras en el que Rose Llewellyn, una viuda de “buenas costumbres y disposición excepcional”, se ofrece en el otoño de 1909 como ama de llaves; la frase capta de inmediato la atención de Oliver Milliron, un granjero recién enviudado con tres hijos que van de los 14 años a los siete -Paul, Damon y Toby- y poca maña en las tareas domésticas, que la contrata para poner un poco de orden en su casa de Marias Coulee, Montana. Y así comienza también la inolvidable temporada que Rose y su hermano Morris, un dandi sabelotodo, pasarán en este pueblo de granjeros. Cuando la maestra local se va del pueblo, Morris pide ocupar su puesto; sus particulares métodos de enseñanza marcarán para siempre a los jóvenes alumnos de la escuela rural. Ni ellos ni la familia Milliron ni el pueblo de Marias Coulee volverán a ser los mismos tras la llegada de Rose y Morris. El libro está narrado en primera persona por el hijo mayor, Paul, adolescente precoz, cincuenta años después de los hechos que ocurrieron en el periodo de un curso académico. Muy bien escrito, con pocos trazos, define personajes, evoca paisajes bellísimos, los de Montana, que hace presentes con maestría. Hay personajes memorables y los secundarios también los son. La trama engancha y no decae en ningún momento, e incluso, en el tramo final, da la vuelta a la historia, guardando sorpresas que conmocionan. Ivan Doig, granjero, periodista y escritor, recientemente fallecido en abril de 2015, está considerado como uno de los mejores cronistas contemporáneos del Oeste americano, a la altura del gran Wallace Stegner. Gustará mucho a profesores de colegios y educadores, pues también es una novela de aprendizaje y de crecimiento de jóvenes alumnos de una escuela unitaria rural. Pero la humanidad del autor al tratar a sus criaturas acerca este libro a cualquier lector: es de los libros que divierten y enriquecen, que da pena acabarlo...

La libertad religiosa, "piedra de toque" de los derechos humanos

Se ha dicho que la libertad religiosa constituye la "prueba de fuego", "la piedra de toque" del nivel de respeto de los derechos humanos en una sociedad pluralista como la mayoría de las sociedades occidentales. El libro que comento del Prof. Rafael Palomino Lozano aborda el argumento con profundidad y con claridad. "Neutralidad del Estado y espacio público". Rafael Palomino Lozano. Ed. Thomson Reuters Aranzadi. 229 páginas. Madrid, 2014. Monografía publicada dentro de la prestigiosa “Global Law Collection”. El autor es Catedrático de Derecho Eclesiástico del Estado en la Universidad Complutense, Académico correspondiente de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación y miembro del Comité de la Asociación Internacional de Defensa de la Libertad Religiosa. Ha publicado varias monografías sobre libertad religiosa, objeción de conciencia, derecho a la intimidad y religión, etc. Forma parte del grupo de investigación “Neutralidad ideológico-religiosa del Estado y espacio público”, en el que ya se han publicado profundas reflexiones sobre este argumento. El libro aborda el tratamiento de la religión, las creencias y las ideologías (principalmente, el secularismo) en el Derecho comparado de las sociedades occidentales secularizadas y cómo el Estado trata el fenómeno religioso de sus ciudadanos. Qué hemos de entender por neutralidad del Estado y qué soluciones se han aportado en la legislación, en la filosofía política de los autores contemporáneos que han afrontado la cuestión –Rorty, Rawls, Dawkins, etc- y sus carencias. El estudio se completa con la jurisprudencia más significativa sobre la materia del Tribunal Supremo de Estados Unidos, del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, del Consejo de Estado francés, o del Tribunal Constitucional español. El libro constituye un elocuente tratado para aclarar conceptos en un terreno donde muchas veces predomina el poder y el apasionamiento sobre la racionalidad. Aborda la distinción entre pluralismo, secularismo, laicidad y laicismo; entre neutralidad del Estado y secularismo; los distintos espacios públicos: espacio estatal, espacio político y espacio social; lo público y lo privado. Aborda las relaciones entre religión, razón y ciencia, religión y violencia y religión e ideologías. Dedica un capítulo a las teorías de la secularización y su revisión actual, con particular atención a Charles Taylor. Y otro capítulo específico a la religión ante el derecho: la religión como opción y como identidad. Para culminar tratando de algunos aspectos que han suscitado polémicas en la opinión pública: religión en la escuela, crucifijos y símbolos religiosos en lugares públicos, vestimentas religiosas, etc. El autor acompaña la monografía con cerca de ochocientas notas a pie de página donde desfilan los principales autores que han abordado estas materias y los pronunciamientos más significativos de los tribunales occidentales. Una síntesis para una cuestión cada vez más importante en la sociedad contemporánea: la protección del derecho de libertad religiosa y la actuación de los poderes públicos como garantes de ese derecho en una sociedad pluralista.

sábado, 15 de agosto de 2015

El puente sobre el Drina, de Ivo Andric

"El puente sobre el Drina", de Ivo Ândric. Novela que mereció el Premio Nobel para el escritor Ivo Ândric en 1960. Es una novela coral que narra la historia convulsa de los Balcanes, en especial de Bosnia-Herzegovina, durante varios siglos, hasta el comienzo de la Primera Guerra Mundial. Está ambientada en la ciudad de Visegrad, situada a unas decenas de kilómetros al Oeste de Sarajevo, a orillas del río Drina. Un gran visir turco, natural de la ciudad, ordena construir el primer puente que une las dos orillas del río Drina, y tras varios años de trabajo, se da por concluida esta gran obra de ingeniería civil, que pasa a vertebrar la historia de la ciudad. Con el recurso literario de los transeúntes del puente y de los habitantes de la ciudad de Visegrad, se narra la convivencia entre las comunidades cristianas -ortodoxa y catolica-latina-, la comunidad islámica y la judía, que logran vivir con cierta paz y armonía; y los hechos históricos que modifican muchas veces la fisonomía política, demográfica y cultural de esta agitada península europea: la dominación turca, con el "tributo" anual de la entrega de niños para que sean educados en Estambul; las persecuciones contra los judíos, las rebeliones de los vecinos serbios al mando de la dinastía de los Karageorge, la anexión al imperio austro-húngaro, hasta el comienzo de la, así llamada por algunos historiadores, Guerra Civil Europea (1914-1945), con el asesinato en el vecino Sarajevo del heredero de la corona de Austria-Hungría, a manos de un terrorista serbio. El puente sobre el Drina resiste todas las turbulencias históricas y es testigo mudo, y en algún modo protagonista de la historia de estas bellas tierras de frontera que son los países de la Península Balcánica, habitada por los eslavos, que poblaron estos valles y montañas a lo largo del siglo VI de nuestra era, ocupando desde las actuales Polonia, Eslovaquia y Bielorrusia, hasta Croacia, Serbia, Bosnia, Herzegovina, ya pobladas por los pueblos ilíricos, romanizados tempranamente, y de donde salieron toda una gran serie de emperadores romanos, entre los que destaca Diocleciano, del que se conserva su gran palacio en Split (Croacia). Más adelante, en el siglo X, los eslavos del Norte fueron separados de los eslavos del Sur por la invasión magiar, que ocupó la llanura de Panonia y la actual Hungría, sembrando el terror en Europa hasta su conversión al cristianismo en el siglo XI con su rey, San Esteban (en los libros litúrgicos se conservan oraciones para preservar del "peligro magiar"). El primer rey de Croacia, Tomislav, es reconocido por el Papa de Roma en el siglo IX, y desde entonces, Croacia miró más a la cristiandad latina, próxima también geográficamente a través del mar Adriático. Mientras Serbia se ligó más con la cristiandad ortodoxa, primero con Bizancio, y luego con Moscú, cuando por motivos políticos, quiso ser autocéfala e independiente de la Ortodoxia de Constantinopla. La invasión turca encontró en parte de estas tierras, sobre todo en Bosnia, una herejía cristiana, los bogomilos, que habían abrazado algunos nobles; esta herejía, que guarda algunas similitudes con los maniqueos y los cátaros, fue terreno abonado para el arraigo del Islam en tierra europea. Desde entonces, los únicos europeos islámicos son los bosniacos; el resto del Islam europeo procede de fuera de Europa. En Bosnia, los que abrazaron el Islam lo hicieron también como factor de identidad no sólo religiosa, sino cultural y política. Esta es parte de la explicación -muy simplificada, por cierto- de la complejidad religiosa, cultural y política actual de Bosnia-Herzegovina. La novela de Ivo Ândric describe la "gran" historia a través de la "pequeña" historia: las tradiciones, la vida religiosa, política, comercial y económica, cultural y familiar de este rincón de Bosnia. La recomiendo vivamente para entender porqué, desgraciadamente, ha habido tantos conflictos en esta península europea de los Balcanes, y cual puede ser la evolución futura: la convivencia de comunidades muy distintas en el respeto y la aceptación mutua, integrándose en la Unión Europea.