lunes, 7 de febrero de 2011

EL VERDADERO MAS ALLA

EL VERDADERO MAS ALLA

Desde los tiempos más remotos, el ser humano se ha planteado la capital cuestión de la existencia de un “más allá” como prolongación de la vida terrena, una vez llegado el momento, inapelable e inexorable, de cruzar el umbral que separa la vida de la muerte.No es momento ni lugar de resumir o compendiar la Historia de la Filosofía, de la Religión, o de las Ideas y de los Anhelos, pero quizá sí de reflexionar en voz alta y poner sobre la mesa de debate las abruptas e insostenibles contradicciones en las que cae la sociedad actual que, hambrienta de respuestas y consuelos, pero, sobre todo, de soluciones inmediatas a su podedrumbre espiritual, huye del hecho místico y religioso para refugiarse en el dudoso y un tanto tenebroso “mundo de los espíritus”, “mediums” y nigromantes.

¿Se trata de volver a la más tópico del siglo XIX, a los tiempos de los espiritistas de salón, a los tiempos del timo y el escándalo, a Madame Blavatsky, Alastair Crowley y los teósofos?¿Hay que “resucitar” a los “mediums” de pacotilla que se paseaban por media Europa y América y por cuya boca muda hablaban los “espíritus desencarnados“? La respuesta tristemente, resulta obvia.Parece que hay que sustituir anestésicos periclitados contra el sufrimiento ,el dolor, la muerte y lo que es peor, la incertidumbre, que no es bien soportada por la falible condición humana.

Hombres bienintencionados han de formularse algunas cuestiones, entre éllas, la fundamental: ¿por qué una sociedad en decadencia moral y espiritual y en su esencia, materialista, mecanicista y economicista al borde de un cierto colapso, pero que se resiste a desmoronarse y que sigue rechazando y huyendo de la figura de un Ser Superior y Creador, admite por el contrario ,como único vestigio de lo sobrenatural el “contacto” con los “espíritus” (ni siquiera se les reconoce la condición de “almas”) de los seres humanos fallecidos?

Semejante reflexión, tediosa para algunos, es sin embargo crucial en nuestra concepción de lo más importante, que es la Vida y no la Muerte, y viene a colación a partir del fragor mediático ( pese a que desde hace tiempo hay algún engendro televisivo en el que aparece una medium en contacto, realizando “lecturas”¿?) que ha provocado la última película del justamente renombrado actor y director norteamericano, Clint Eastwood (autor de una película tan conmovedora como “Los Puentes de Madison”), film titulado “Más Allá de la Vida”.La película, pese a su buena factura, defrauda y naufraga, porque, entre otras cosas, hay un gran ausente, al que se omite de forma clamorosa: Dios.

La teología católica es clara y terminante respecto al más allá y su doctrina es bien conocida.Respecto de los seres humanos que traspasan los límites de esta vida, el dogma nos habla claramente de la división del Hombre como criatura creada por Dios, en “Cuerpo” y “Alma” frente a las concepciones de los espiritistas, que hablan de una triple división (cuerpo, espíritu y alma) o de otros, que hablan de “cuerpos astrales”…

La “moda” que aquí pretende imponerse , a raíz del film citado,de “contacte usted con su familiar fallecido a través de un medium posmoderno,fiable y políticamente correcto” es un auténtico disparate, una aberración intelectual y una pantomima.

Disparate, porque si bien cada cual es libre de creer en lo que quiera, tales “espíritus” ,que pueden “existir” en la imaginación, en el anhelo o en el deseo subjetivos, no “son” entidades reales objetivables, o categorías intelectuales sujetas a razonamiento, como sí lo es el alma humana,en su concepción cristiana, preciado y precioso reducto del hálito divino.

Aberración intelectual, pues si la firme creencia en el más allá ha de basarse en “experiencias post mortem” con un rápido retorno a la vida física y en el contacto y en la “comunicación” de determinados mensajes (por lo demás, banales, llenos de lugares comunes,o muy vagos, y en la inmensa mayoría de los casos, confusos), la razón humana se ha oscurecido completamente (¿acaso no sería más “razonable” creer en un Ser Superior, Creador Omnisciente, Sabio, Bueno y Justo, defensor de la Verdad y la Vida, la Belleza y el Amor?).

Pantomima, por último, porque se hace triste, sensiblero, ramplón y vergonzoso espectáculo mediático de esa supuesta “comunicación” con seres fallecidos.

Es de lamentar profundamente que en la película de Eastwood se formule la velada acusación consistente en que “no interesa al lobby religioso” (sic) que se conozcan las experiencias cercanas a la muerte y la existencia de posible comunicación con los seres humanos fallecidos, en definitiva, la existencia “real“ de un “más allá“.En lo que toca a la religión y en particular al Cristianismo, que hay vida tras la muerte lo dijo, hace 2000 años, Jesús de Nazaret, para millones de hombres y mujeres de este planeta, Dios y Hombre Verdadero y la Iglesia católica y las confesiones protestantes lo reafirman y confirman cada día.Salvo error u omisión, la Iglesia Católica jamás ha negado lo sobrenatural bien entendido, es decir ,lo que permítaseme la expresión sería el “verdadero más allá”: el del reencuentro gozoso, jubiloso con nuestros seres queridos en la Presencia y el Amor infinito de Dios Nuestro Señor, en la inmensa alegría de la realización de nuestros más nobles ideales y anhelos, queridos para nosotros por el Creador.

Basta, pues , de dislates, engaños y pantomimas.Hagamos lo que siempre el ser humano ha hecho con los muertos: honrarlos, respetarlos y recordarlos.Del resto, se encargan, sin duda alguna, las Mejores Manos.




Luis Agius
1 de Febrero de 2011